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RAHUAPAMPA

Imágenes y percepciones


Es indiscutible que Rahuapampa ha cambiado. Hoy, a diferencia de tiempos no muy lejanos, sus calles están echas de cemento (no de asfalto), hay nuevas edificaciones y hasta  nuevas calles, como aquel camino amplio y vistoso que se extiende por  la jurisdicción del cementerio. Si bien preserva la imagen de siempre, en esencia ya no es el mismo pueblo donde nacimos y vivimos y ello tiene que ver,  fundamentalmente, con su población. ¡Qué sensación tan extraña sentirte foráneo en tu propia tierra! Y es que en Rahuapampa los rostros son otros. Familias venidas de distintas comarcas vecinas se han asentado en el pueblo desplazando (pero también repoblando, no hay que negar eso) a los originarios, que cada vez son menos. Incluso las zonas más importantes del pueblo han sido copadas por pobladores foráneos, que son los nuevos amos y señores de lo que antes eran las más relucientes propiedades. Y eso no está mal,  es sólo una referencia. El problema es que por estos cambios   la conexión con las raíces se fracturan. Es decir, los lazos humanos entran a otro plano porque no conoces a nadie y nadie te conoce. Y lo peor nadie parece estar dispuesto a conocerte o por lo menos a cruzar saludos. Tengo la percepción de un desplazado, de aquel que se siente dueño de su tierra pero que en el terreno de las verdades ya no le pertenece. Pero ahí quedan las raíces, el sentimiento, los recuerdos. Ahí está el cordón umbilical que aún nos ata y nos jala a esta nuestra madre tierra.

Camino que conduce hacía la plaza de armas, núcleo de los entes más importantes del pueblo, como el Municipio, la Iglesia y el convento. Hasta los 80 también era sede de la oficina de Correos y Telégrafos, desde donde se enviaban telegramas a todo el mundo y se repartían cartas y encomiendas por todas las comarcas mediante el Postillón. También, al costado del correo (entre la esquina y la escuela), existía un Coso municipal, donde se encerraban a los animales que hacían daño en propiedades ajenas hasta que su dueño pagara la multa.

Antes: este era el local de la escuela primaria de varones, actualmente  se ha reemplazado por esta edificación verde amarilla, obra del gobierno Regional de Ancash. Y no glorificamos al susodicho gobierno, sólo lo citamos por ser cierto... (Ya sabemos como es aquel gobierno).


Así luce actualmente la que otrora fue la escuela de varones.

Vista del local del Colegio Nacional Manuel Seoane Corrales, que en tiempos lejanos albergaba hasta un promedio de 600 estudiantes, razón por  la que los grados debían ser divididos hasta en tres secciones: A, B y C. Los estudiantes provenían de todos lados, y gracias a ellos Rahuapampa y Vincocota estaban  muy poblados. Era también época de sacrificio para los alumnos foráneos, que a la par de estudiar tenían también que cocinar sus alimentos (en los famosos Primus que funcionaban con querosene), y los fines de semana regresaban a sus pueblos (Chaná, Conín, Pariacancha, Paucas, Pontó, Acchas, Ramrán, etc.) para visitar a sus padres y proveerse de víveres. ¡Qué buenos amigos hicimos! ¡Qué compañeros nobles y amables tuvimos!


Camino y pórtico anterior del cementerio: una vía que no sólo 
aliviaba el peso, sino también el dolor. 

Actual  entrada del cementerio. Ni accesible ni estético. 
Cementerio: ¿A qué mente brillante se le habría ocurrido hacer esta "escalera al cielo"? (Foto abajo) Es inaudito que se haya cambiado el camino de siempre por ese pórtico azul de interminables escalinatas que debe suponer una verdadera
penitencia para los difuntos y un calvario para los deudos y sus acompañantes.
¿Porqué en pueblos como el nuestro no se contratan profesionales de verdad (arquitectos paisajistas, por ejemplo) para que hagan un diseño decente y estéticamente bien logrado? Si los planos son malos, no lo aprueben. Esto es risible.




Escalinata del estadio: al parecer en Rahuapampa tenemos complejo de escaladores, de otra manera no se explica esta empinada construcción. ¿Qué diría Defensa Civil si esta escalera estuviera en un estadio de Lima? Las autoridades, más allá de las buenas intenciones que tienen para hacer obras, deberían hacer proyectos con criterio y sentido social, es decir, teniendo en cuenta a los adultos mayores y a los discapacitados, que tienen derecho a espacios que  garanticen  su comodidad y accesibilidad. Ojalá, entre la euforia de los partidos de fútbol, las copas demás y las estampidas, esta escalera no termine siendo trampa mortal para los usuarios.

Inolvidable y eterna calle donde uno decidía la ruta a seguir: o ir por el camino de arriba o doblar por esta vía para tomar la calle principal del pueblo, donde antes funcionaba el colegio antiguo. ¡Qué bonita se ve cuando luce limpia y bien cuidada!

Escuela de mujeres: se mantiene tal cual, generando recuerdos nostálgicos en quienes tuvimos la suerte de estudiar en sus aulas, que siempre fueron amplias y confortables. Cómo no recordar la pizarra negra de cemento y las motas que las profesoras nos mandaban coser como parte del curso de Formación Laboral. 
La casa de la esquina: eterna y nostálgica, con su única puerta de siempre. Aquí nos cogió el terremoto del 70, mientras  en el campo (así se llamaba la plaza de hoy) los mayores escuchaban en la radio la transmisión del mundial de fútbol desde México.  Semanas después, a la vuelta de esta casa, donde había un patio grande y una huerta contigua (ahí donde ahora se ve la antena), el ejército acampó para brindarnos ayuda (nos consideraban damnificados, aunque no habíamos perdido nada). A la par, en helicópteros, llegaron muchos rusos trayendo ayuda médica. De la presencia del ejército peruano, recuerdo sus carpas inmensas y sus bandejas y tazones de aluminio en los que comían. También recuerdo al jefe de la tropa cortejando a mi guapachosa tía desde el otro lado del muro. Es que los tuvimos por un buen tiempo como buenos y amigables vecinos.

Iglesia de Rahuapampa: está muy bonita por dentro y por fuera, aunque me comentan que pintaron su fachada. Este mes de agosto celebra a su  santo patrono, San Bartolomécuyo día central es el 24. ¿Y quién es San Bartolomé?  Fue uno de los Apóstoles de Cristo; se le considera patrón de los zapateros, de los peleteros y modistas. Se dice que es sanador de convulsiones, crisis espasmódicas y enfermedades nerviosas.
Temeraria: construcción audaz y riesgosa en plena ribera del río Puchca. Se trata de una edificación prácticamente levantada sobre el piso del río, lo que debe suponer una serie de peligros, inclusive para la salud debido a la humedad.
Antes: así lucía antes aquel espacio donde se ha levantado el fortín de cemento y ladrillos. Se puede observar que ahí había tierra firme, con árboles, y hasta con un corralito para  los animales. Pregunta: ¿Si alguien ha sido capaz de edificar en la orilla del río una casa de cemento a prueba de la corriente del agua, porqué no se pueden construir muros de contención en toda la ribera para preservar el territorio de Rahuapampa y evitar que el río nos siga ganando la batalla?


Entrada a Vincocota: también puede verse parte del camino que sube por el lado del cementerio. En verdad, a despecho de los conservacionistas y ambientalistas como yo, esta vía quedó bien, y esos barandales le dan un buen aspecto. Sobre el puentecito a Vincocota, todo muy bonito a primera vista, pero más allá del puente Vincocota sigue siendo la Cenicienta de la Municipalidad de Rahuapampa. Nada de obras, nada de mejoras. ¿Porqué no asfaltan también el camino de Vincocota? Y mejor todavía: ¿porqué no construyen un gran malecón en el tramo (casi final) donde el río está erosionando el acantilado debido a la extracción de arena? Así preservamos el camino y mejoramos el paisaje de cara al río. El malecón no sólo se convertiría en un gran mirador (con bancas y faros), sino en un punto de solaz para todos: poblanos, visitantes y transeúntes. Es hora de hacer obras de verdad, que nos hagan sentir orgullosos de nuestra capacidad, de nuestra visión y nuestra exquisita exigencia. ¡Más nivel en lo que hacemos! Por algo estamos en la era de la tecnología, de la ciencia, de la modernidad y de eso que llaman progreso y del que tanto hablan algunos...¡Eso sí, progreso sin destruir, sin devastar, sin arrasar ni intentar quebrantar la naturaleza y el pueblo! ¡Mejoremos el camino de Vincocota, pero ya!
Vista del puente desde el lado de Huaytuna hacía Rahuapampa. El presupuesto municipal de Masín ni de Rahuapampa parecen alcanzar para construir un puente digno, propio de estos tiempos. A estas alturas de la vida y  de la historia, donde todos se vanaglorian del progreso que la mina ha traído a estas tierras, estas desvencijadas maderas hace rato debieron ser reemplazadas por un puente que refleje la tan mentada prosperidad.








Imágenes y percepciones Imágenes y percepciones Reviewed by Rahuapampa on agosto 11, 2012 Rating: 5

3 comentarios

  1. recordar el pueblo en que nací y crecí, es nostálgico. recordar todos esos momentos que pasamos con nuestros amigos, nadando en el río puchca, recorriendo los huertos de frutas, entrenando en el campo, subiendo al pico de loro, .... tan solo si pudiera regresar un momento al pasado, nunca hubiera querido crecer. muy bonitas fotos que traen el pasado al presente.

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  2. Eso mismo digo yo... No hay nada más lindo que vivir en el campo, en un pueblo apacible, al lado de la naturaleza. Eso queda gravado de por vida, por eso todos los que hemos vivido en pueblitos como el nuestro decimos que tuvimos una infancia feliz.

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  3. Grabado... con "b" grande, eso quise decir.

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