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RAHUAPAMPA

Postales Vincocota

En las faldas de ambos cerros, que está dividida por el río
Puchca, se asientan los poblados de Vincocota, 
Rahuapampa y Huaytuna. Se aprecian las enormes 
montañas y el verdor raleado de unas tierras que deberían
florecer y producir más.

Espléndidas montañas de roca maciza, escasa vegetación, 
pero de belleza incomparable bajo ese cielo azul.
Todavía (y qué bueno) se construyen casas de 
barro, dándole duro a la tierra que se rellena en
una especie de caja rectangular hecha de tablo-
nes de madera (tapial), herencia antiquísima que  
nos dejaron los colonizadores españoles.

 Vivir y andar por estas tierras es la gran victoria de 
quienes apostaron por seguir arraigados al terruño.
¡Qué gran manera de mantenerse saludables, subiendo 
y bajando caminos pedregosos y empinados, respirando
el aire fresco de la sierra, oliendo los aromas de las 
plantas y  disfrutando de la apacible vida del pueblo.
Típica acequia que lleva agua a las  chacras y huertos de Vincocota.

El carrizo formó parte de la naturaleza 
de Vincocota, hoy en día es raro ver esta
planta.

¡Qué bella es la vida en contacto con la naturaleza!  
Ensimismada, solitaria, a la sombra de los árboles, 
no sólo se puede tejer abrigo, sino también historias
humanas, como la de esta inolvidable señora, cuyo
sentido del humor es un deleite eterno aún en 
medio de la adversidad.

El agua en Vincocota es escaso, pero pese a ello podemos 
verlo discurriendo por las chacras, rompiendo 
caminos y arrastrando las hojas que el cambio de 
estación suele dejar en el suelo.

Ushun.. la ciruela del ande.

La infaltable yunta para arar la tierra.... Cuánto trabajo
 nos ahorran estos pobres toros, y cuánto sacrificio para
 los recios  animales... Pese a todo, es una estampa 
inolvidable y bella.

Camino que conduce a Pauca, Pampacolca,
y otros pueblitos aledaños.

A pesar de todo, incluso de la pretensión de "modernizar"
 el pueblo, los usos y costumbres subsisten para beneplácito
 de los que luchamos por la preservación de nuestras raíces
 y por el respeto  a nuestro origen. 
Semitas, roscas, biscochos, nunca tanta variedad como en Vincocota.

La llama arde y en cuestión de horas el horno estará listo 
para dorar los dulces biscochos, las sabrosas semitas,
el incomparable pan de agua y la infaltable rosca. En 
tiempos no muy lejanos, tampoco faltaban los 
deliciosos y suavecísimos molletes, hechos a base 
de harina y huevos, y con una porción de azúcar sobre 
la masa. También evocamos el pan de maíz, pequeñito, 
dulce  y crocante, una exquisitez para momentos especiales.
Como lo era el biscochuelo, horneado en cajitas rectangulares
de papel de azúcar. Tampoco nos olvidamos de las empanadas
 y de tantas delicias, como la "yanuirosca".


Planta de nogal, casi es extinción. El fruto, cuando está 
tierno, luce verde, pero al llegar a la madurez se 
ennegrece y se seca. Es de la familia de las muy 
costosas  nueces.



En épocas festivas, las caravanas de artistas vernaculares recorren estos caminos,  rumbo a los pueblos del interior del río Puchca.
Cae la tarde y la naturaleza nos deja hermosas vistas como esta.

Aves de diversa especie suelen visitar los huertos y chacras de Vincocota, que  se ha convertido en refugio pasajero de hermosos pajarillos.  Y para variar, el zorro aún sobrevive en nuestras montañas, a veces hambriento, otras veces huyendo de la maldad de la gente. Tal parece que nadie entiende que, al igual que los humanos, también ellos se buscan la vida para sobrevivir. Si comprendiéramos eso, pasaríamos por alto el "perjuicio"
que nos causa.









Postales Vincocota Postales Vincocota Reviewed by Rahuapampa on noviembre 10, 2012 Rating: 5

1 comentario

  1. Recordar es volver a vivirlo cada momento del pasado, sientes una gran nostalgia y al mismo tiempo una gran alegria de pensar que es una gran parte de tu vida, dicho asi la mejor epoca de tu vida.
    Te amo Vincocota y te amo Perú.

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