Vincocota, antes y después
Desde su fundación
española en la primera década del año 1700, ¡cuánto no habrá
cambiado Vincocota! Solo en dos décadas, de 1990-2020, su cambio urbanístico es
notorio, sea para bien o para mal,
dependiendo de cómo lo mire cada uno.
El pavimento de la única calle de Vincocota, efectuado en el 2014, impulsó su mejora. En este caso esa obra era necesaria por ser una vía de tránsito importante y de alta demanda.
En los últimos cinco años los pequeños puentes de Vincocota se modernizaron gracias a Provías. El puente de Capilla Ragra es la puerta de entrada a Vincocota, mientras que el de Ashancay es el puente de salida. Ambos son fundamentales en la carretera PE-14A, que es la denominación técnica y oficial de esta vía.
¡Qué hermosa se veía esa casa con su muro de piedras! En el camino había verdor por todos lados, hoy todo es cemento.
¿Por qué todo tiene que ser cemento en un medio rural y rústico como Vincocota? Caminar por una vía plana y de subida es terriblemente agotador y perjudicial para las articulaciones, principalmente para las rodilla. En un pueblo con tantos adultos mayores se debe considerar el impacto que las obras pueden tener no solo en el bienestar social, sino también en la salud de sus habitantes.
Esta secuencia de fotos demuestra cuán devastador resulta para la naturaleza y el paisaje las obras que se improvisan y se hacen si criterio técnico ni profesionalismo. Esta área, la casa de doña Hilaria y de don Aullicho, era tan hermosa que hasta parecía sacado de un cuento de hadas, pero a alguien se le ocurrió la maldita idea de ponerle cemento y desnivelar el suelo modificando su arquitectura. El resultado, huertas en lo alto y el camino de entrada a Rinconada, que estaba al nivel del suelo, ahora tiene siete escalones construidos. Encima, sin la menor estética. O sea, cualquier porquería.
Vincocota, antes y después
Reviewed by Rahuapampa
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julio 19, 2020
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