Home Top Ad

RAHUAPAMPA

Amanecer


Son la seis de la mañana, abro la pequeña ventana del balcón y respiro todo el aire fresco que inunda Vincocota. Mi primera mirada me conecta con el río Puchca y con el espléndido paisaje de Matibamba, por donde el sol asoma irradiando sus primeros rayos.
Nada es más intenso que los amaneceres en mi pueblo. Desde las cinco de la mañana se escuchan los primeros signos de vida. De arranque,  los gallos empiezan con sus aleteos y su estruendoso cantar. Uno después de otro, como si lo hicieran por turnos.  Casi a la par, se sienten los primeros pasos de la gente, de aquellos que transitan por la carretera, o de aquellos que van temprano a regar los huertos.
A medida que el día se aclara, la vida se pone más bonita. Unos gritan a viva voz el nombre de alguien, otros se ríen conversando, y algunos simplemente caminan arreando el ganado  o silbando algún huaynito. 
¿Cómo puedes quedarte en la cama cuando afuera la vida ha eclosionado?  Amo ese amanecer,  no se me ha olvidado. 
En contraste, las noches son un suplicio  cada vez que vuelvo a Vincocota, tal vez por el recuerdo de esas noches oscuras, cuando no había luz, y cuando mi pobre conciencia empezó a engendrar  el miedo como consecuencia de los cuentos terroríficos que contaban los mayores. Con la llegada del alba cambiaban mis emociones, mi vida,  y se acentuó, a través del recuerdo matinal,  mi arraigo por esta maravillosa tierra.



Amanecer Amanecer Reviewed by Rahuapampa on enero 15, 2014 Rating: 5

No hay comentarios

our facebook page

Home Top Ad

RAHUAPAMPA