Vincocota: nuevo rostro
Así luce actualmente Vincocota con el encementado de su carretera. Y pese al intenso verano de los meses de junio, julio y agosto, los árboles no dejan de lucir su espléndido color verde, la señal más viva de la vida. Abajo discurre el río Puchca dejando inmensos espacios de arena a ambos lados de la orilla.
Las casas que estaban a la derecha desaparecieron
para ceder más espacio a la angostísima vereda.
Lástima que el pavimento no se haya extendido hasta Ashancay, donde, en cambio, han reemplazado el desvencijado puente de madera por este de cemento y fierro. Hubiera quedado lindo si todo el camino de esta jurisdicción estuviera con cemento. Esta es una obra de Pro Vías, órgano del Ministerio de Transportes y Comunicaciones.
En este camino, que conduce a Rinconada y al local, se están construyendo nuevas y bonitas casas. Si al menos adecentaran esta trocha o le devolviera la imagen que tenía antes, el panorama cambiaría. No hace falta cemento para los caminos rurales se vean lindos.
Este hermoso camino ya no existe. Lo borraron de la geografía de Vincocota para hacer la carretera a Pauca. Destrozaron la naturaleza y no fueron capaces de reforestarla para que el pueblo no pierda su verdor y, más que eso, su vida y belleza.
Así lucía este espacio hasta no hace poquito. Era como de cuento de hadas, pues ahí estaba la casita solitaria de don Aullicho y doña Hilaria, que vivían prácticamente rodeados de bosques frutales. Por las inmediaciones pasaban las acequias, por donde el agua discurría haciendo sentir su torrente. Las ramas de las chirimoyas, en época primaveral, formaban una especie de túnel al desparramar sus ramas a uno y otro lado del camino. Esa imagen bucólica es ahora este terral sin vida, donde se levanta murallas de barro para compensar a quienes cedieron algunos metros de su propiedad. Y esa casa sigue ahí, casi corroída por la pala mecánica que escarba sin miramientos ni compasión. Como el alma mismo de los inspiradísimos genios de este pueblo.
Las casas que estaban a la derecha desaparecieron
para ceder más espacio a la angostísima vereda.
Lástima que el pavimento no se haya extendido hasta Ashancay, donde, en cambio, han reemplazado el desvencijado puente de madera por este de cemento y fierro. Hubiera quedado lindo si todo el camino de esta jurisdicción estuviera con cemento. Esta es una obra de Pro Vías, órgano del Ministerio de Transportes y Comunicaciones.
En este camino, que conduce a Rinconada y al local, se están construyendo nuevas y bonitas casas. Si al menos adecentaran esta trocha o le devolviera la imagen que tenía antes, el panorama cambiaría. No hace falta cemento para los caminos rurales se vean lindos.
Este hermoso camino ya no existe. Lo borraron de la geografía de Vincocota para hacer la carretera a Pauca. Destrozaron la naturaleza y no fueron capaces de reforestarla para que el pueblo no pierda su verdor y, más que eso, su vida y belleza.
Así lucía este espacio hasta no hace poquito. Era como de cuento de hadas, pues ahí estaba la casita solitaria de don Aullicho y doña Hilaria, que vivían prácticamente rodeados de bosques frutales. Por las inmediaciones pasaban las acequias, por donde el agua discurría haciendo sentir su torrente. Las ramas de las chirimoyas, en época primaveral, formaban una especie de túnel al desparramar sus ramas a uno y otro lado del camino. Esa imagen bucólica es ahora este terral sin vida, donde se levanta murallas de barro para compensar a quienes cedieron algunos metros de su propiedad. Y esa casa sigue ahí, casi corroída por la pala mecánica que escarba sin miramientos ni compasión. Como el alma mismo de los inspiradísimos genios de este pueblo.
Vincocota: nuevo rostro
Reviewed by Rahuapampa
on
agosto 09, 2014
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Cuánto amo esa tierra que cual preciado tesoro
ResponderEliminaralberga en su vientre los restos de mi padre JUVENAL SOTO CAUSSO,
vestigios de amor eterno y presencia que añoro,
dulce llamado por que en mis metas no desmaye.
rememoro sus paisajes y sus cálidos vientos.
FELICITACIONES POR ESTE BLOGGER
Muy Hermoso lugar...
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