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Pachi no ha desaparecido




En los años 70, o quizás poco antes, una buena parte de Pachi comenzó a desaparecer. Cada vez que el cerro se desmoronaba se podía escuchar el ruido que producían las precipitaciones de rocas y tierra. Entonces salíamos a ver qué había pasado, y la densa polvareda del derrumbe nos consternaba y preocupaba, pues estando Vincocota en la parte baja del cerro era altamente vulnerable a sufrir las consecuencias de ese estrago. Y de alguna manera eso ocurría cada vez que llovía. El agua arrastraba las rocas y la tierra formando enormes y estruendosos huaycos que más de una vez llegaron a desbordar el puente de Ashancay y a bloquear el curso del río Puchca. Entonces todos corríamos a ver este fenómeno brutal que, de hecho, sembró miedo y temores durante nuestra infancia.
Hasta hace poquito creí que Pachi era solo aquel cerro carcomido por el fenómeno de la naturaleza, pero al transitar inesperadamente por esa derruida geografía me di con la sorpresa que fue (y es) un lugar bonito. Me encantó su camino de llanura, sus bosque de bellos y frescos eucaliptos, sus chacras de maíz, pero sobre todo una pequeña caída de agua que brota del subsuelo y a cuyo alrededor crecen "shirakas" (una planta espinoza que produces frutas parecidas a la frambuesa), sanpablos, frutillas -que es la familia andina de la fresa-, helechos y toda aquella vegetación que es propia de los climas fríos y de los "oconales" (humedales).
Algunas casas abandonadas son la muestra de lo que fue este pueblo, prácticamente desolado, salvo la presencia de una anciana que dicen es la única y última habitante de Pachi. No quiero ni imaginarme cómo subsiste, quién la auxilia si cae enferma; o quién le da de comer cuando no hay nada a su alcance. Desgraciadamente, para algunas personas, la vida es así de penosa.
Algunas familias aún tienen sus chacras y siembran cereales, pero no viven ahí.

Gracias a que hay agua, la vegetación en Pachi es pura vida... se nota en el verdor y la frescura de sus hojas y frutos.
La última habitante de Pachi en aparición fugaz y en las afueras de su vivienda para saber quién era el intruso que dejaba sentir sus pasos
.
En los caminos las ramas de los árboles se entrecruzan para dar sombra como si fuesen túneles.



Aquí brota agua limpia y a su alrededor crecen plantas propias de los suelos húmedos.

Esta casa es una evidencia de lo que fue Pachi en el pasado.


Camino de Pachi a Pampacolca: para los que tienen miedo a la altura
  (acrofobia) puede ser un reto o un suplicio transitar por este chaquinani.

En las zonas aledañas a Pachi la gente no ha dejado de sembrar.

Pachi no ha desaparecido Pachi no ha desaparecido Reviewed by Rahuapampa on noviembre 18, 2014 Rating: 5

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